viernes, 2 de abril de 2010

Cerebro Triuno



Cerebro Triuno

Cerebro básico, reptil ó instintivo
Cerebro límbico ó mamífero primitivo
Cerebro neocorteza (mamíferos evolucionados ó superiores)




CEREBRO
Es un órgano de consistencia semisólida y se adapta a la forma de su continente que es el cráneo: Tiene forma ovoide, con la extremidad posterior más ancha. Pesa alrededor de 1400grs en el hombre y 1200grs en la mujer. El cerebro ocupa la parte antero superior del encéfalo, casi la totalidad de la caja craneal, su parte superior (convexidad del cerebro), se corresponde con la bóveda craneal, y su parte inferior (base del cerebro) con el compartimiento anterior y medio de la base del cráneo. El encéfalo se protege del medio externo por medio de tres barreras: cráneo que es la principal barrera en contra del trauma físico, las meninges y el LCR.
CEREBRO TRIUNO

“….Investigadores como Sperry, Mac Lean, Gazzaniga y Pibram (1978), Restok (1984) entre otros, descubrieron el carácter de “capas de cebolla” del cerebro, producto de la evolución biológica. Actualmente en los círculos especializados se habla de “CEREBRO TRIUNO”, un cerebro con tres capas, sub – cerebros o sistemas :
• Reptil, Instintivo ó Básico: Asiento de los Instintos.
• Límbico o de Mamífero: Asiento de la afectividad.
• Neo – Corteza o humano: Asiento del Pensamiento.

CEREBRO BÁSICO, REPTIL Ó INSTINTIVO:
El Sistema Reptil, el llamado Sub – Cerebro “Reptil” es un antiguo mecanismo neuronal que ejecuta los programas básicos de la vida. Es un sustrato donde se ubican los instintos y los cambios psicológicos necesarios para asegurar la supervivencia. Las conductas del sistema “reptil” son difíciles de modificar porque son pre - programadas, inconscientes y automáticas. El Individuo nace con ellas. Sólo una capacidad de razonamiento bien desarrollada puede analizar, asumir responsablemente las conductas del sistema “reptil” y sus consecuencias. Por ello, las estrategias de modificación de conducta, tan populares en educación, sustentadas por teorías basadas en investigaciones con animales, en la actualidad se consideran insuficientes y en algunos casos inadecuadas, porque generalmente reprograman la conducta a nivel básico e inconsciente. No podemos olvidar sin embargo, que el “reptil” es un subcerebro de esa computadora portátil, llamada cerebro y que por tanto, lejos de ignorar su existencia, debemos tratar de comprender y guiar su participación positiva en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, podemos utilizar estrategias en el aula para que el alumno perciba lo que aprende con parte de sus necesidades básicas, que le permitirá sobrevivir en un mundo que requiere de flexibilidad y cambio permanente.

Si por el contrario el alumno trata de responder al solo estímulo de aprobar un examen y pasar de cursos, tratará de sobrevivir dentro del contexto escolar, almacenando información y recordándola hasta el día del examen…pero…aprobará y olvidará. En este caso no podemos hablar de aprendizajes significativos.
LA LUCHA POR EL PODER

El Cerebro Básico

En el tercer cerebro, el de la Supervivencia, el Cerebro Básico, nos organizamos en grupos limitados para defendernos de grupos de otra índole. Formamos diferentes asociaciones, partidos, tribus, religiones y naciones, según nuestros patrones, acciones del pasado y valores que hemos repetido siglo tras siglo. ¿ Por qué esa vieja y siempre necesidad de luchar por el poder, de supervivencia?. El instinto del Cerebro Básico nos protege: “tu eres muy poderoso, y yo no quiero perder”


Esta parte del cerebro está formada por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. Algunas veces, es denominado complejo reptiliano porque es típico de los reptiles y tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva.

Alojado en el tronco cerebral, es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló hace unos 500 millones de años. Se encuentra presente primordialmente en los reptiles. Los reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro.

El suyo, está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear. Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva. Se encarga de autorregular el organismo. En consecuencia, este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda.

El complejo reptiliano, en los seres humanos, incluye conductas que se asemejan a los rituales animales como el anidarse o aparearse. La conducta animal está en gran medida controlada por esta área del cerebro. Se trata de un tipo de conducta programada y poderosa y, por lo tanto, es muy resistente al cambio.

Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, de protección... Es un cerebro funcional, territorial, responsable de conservar la vida.

En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar, lo cual incluye: las rutinas, los hábitos, la territorialidad, el espacio vital, condicionamiento, adicciones, rituales, ritmos, imitaciones, inhibiciones y seguridad. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. En síntesis: este cerebro se caracteriza por la acción.

El Sistema Básico o reptiliano controla la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. Este primer cerebro es sobre todo como un guardián de la vida, pues en él están los mayores sentidos de supervivencia y lucha y además por su interrelación con los poros de la piel, los cuales son como una especie de interfase que poseemos con el mundo externo, este primer cerebro es nuestro agente avisador de peligros para el cuerpo en general.

Permite con rapidez la adaptación por medio de respuestas elementales poco complicadas emocional o intelectualmente. Esta conducta no está primariamente basada en consideraciones basadas en las experiencias previas ni en los efectos a medio o largo plazo.

Es en este primer cerebro donde las adicciones son muy poderosas, tanto a algo como a alguien o a una forma de actuar. Por decirlo de alguna forma rápida en este primer cerebro es una herencia de los períodos cavernarios, donde la supervivencia era lo esencial. Este primer cerebro, es el que permite el movimiento de actuar y hacer. Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es su adecuación al presente.

Los estudios neurológicos han encontrado que los animales en el caso de los vertebrados, a medida que van evolucionando, su cerebro se va superponiendo, esto quiere decir que mientras menos complejo es un animal, tiene menos cerebro; y mientras más evolucionado es, tiene más cerebro. El primer grado de evolución, lo encontramos en los reptiles que tienen un cerebro básico o SR (sistema reptil), o tallo cerebral, que cumple ciertas funciones muy sencillas, tales como la de mantenemos vivos (¿será sencilla tal vez?), las conductas automáticas, las instintivas, las de supervivencia y conservación de la especie. Obviamente la función primordial de todos los seres es mantenerse vivos y perpetuarse a lo largo del tiempo. Esta es la función del tallo cerebral. Ese es el centro de la vida, actualmente la ciencia especula sobre la posibilidad de que los árboles también posean ese cerebro rudimentario, el cual les permite entrar en contacto con el medio, sentir y desarrollar algunas conductas adaptativas. El cerebro básico posee una estructura relativamente sencilla y muy arcaica, funciona sobre la base de conductas estereotipadas y repetitivas. Es el cerebro de actuar o no actuar.

Este cerebro, el más profundo de los tres sistemas, trata acerca de la tierra, acerca de la estabilidad y la seguridad, acerca de la aceptación de la vida tal como se presenta. Trata sobre la vida, sobre la preservación y la creación en continuum, en vez de en forma definitiva. La energía sigue sucediéndose siempre, bien sea sin la presencia de la vida humana o con ella. Es desde esta energía básica que surge la forma humana. A través de nuestra columna vertebral y el tallo cerebral, hacemos nuestra primera presentación como vida humana. Estas formaciones son nuestro primer cerebro, el del ritmo básico, del movimiento, de la acción. El nos expone a la vida a través de nuestra piel, que ya no se desliza sobre la tierra, como lo hace la serpiente, pero que sin embargo busca adherirse a lo que tenga cerca.

Si notamos las maneras que hemos inventado para estar en la tierra, nos daremos cuenta de nuestro “ser” y de los esfuerzos que hacemos para “estar”:
• Para estar seguros, formamos tribus y naciones y familias o al menos parejas.
• Para controlar y dominar a otros, utilizamos nuestro trabajo, nuestros hijos, a Dios y finalmente a nosotros mismos.
• Para formar parte de, o ser partícipes: nos involucramos de cualquier forma posible, sea ésta social, anti – social, positiva, negativa, sea con crimen o buenas acciones, amor, esclavitud, originalidad o adicción.

Paul Maclean encontró seis formas generales de comportamiento asociadas con el Cerebro Básico: rutinización, imitación, comportamiento básico o tropismo, repetición, actuar de nuevo y engañar.


El Sistema Reptil se caracteriza por ser asiento de la inteligencia básica, es la llamada inteligencia de las rutinas, rituales, parámetros. Sus conductas, en la mayoría, son inconscientes y automáticas. Recibe mensaje del límbico y del neocortex.

Se hace cargo de su conducta cuando se ve amenazado por la sanción, generando un comportamiento reactivo. Las personas actúan desde esta estructura en atención a sus necesidades vitales.

El inferior que incluye al tallo cerebral y al cerebelo, se comporta similar al de los reptiles de sangre fría, es instintivo, de respuesta rápida y orientada a la sobrevivencia. El cerebelo controla nuestro sentido del equilibrio. Se en encarga de mantener la seguridad de la persona, causante de respuestas de conformismo, rituales, decepción.

Esta parte del cerebro está formada por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. Algunas veces, es denominado complejo reptiliano porque es típico de los reptiles y tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva.

En consecuencia, este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda.

Desde un punto de vista evolutivo, el cerebro reptiliano es el más primario y está muy relacionado con la piel y con los poros. Esta área del cerebro controla las necesidades básicas y la reacción de "luchar o volar", la cual se refiere a los cambios en el funcionamiento fisiológico que acompañan al estrés o a la amenaza.

El complejo reptiliano, en lo seres humanos, incluye conductas que se asemejan a los rituales animales como el anidarse o aparearse. La conducta animal está en gran medida controlada por esta área del cerebro. Se trata de un tipo de conducta instintiva programada y poderosa y, por lo tanto, es muy resistente al cambio.

En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar, lo cual incluye: las rutinas, los valores, los hábitos, la territorialidad, el espacio vital, condicionamiento, adicciones, rituales, ritmos, imitaciones, inhibiciones y seguridad. En síntesis, este cerebro se caracteriza por la acción.




CEREBRO LÍMBICO Ó MAMÍFERO PRIMITIVO:
Cerebro Límbico o Mamífero: Está formado por la amígdala, el hipocampo, hipotálamo (que mantiene la temperatura y el sentido de sed y hambre), hipófisis, tálamo (mensajes de los sentidos, prepara al organismo para reaccionar si percibe dolor, presión en la piel, etc.), parte superior del proceso reticular y el núcleo caudado. Provee de las necesidades diarias, sentimientos de alegría o tristeza, energía o motivación. Responsable de los lazos sociales, hormonas, sentimientos sexuales, emociones, memoria contextual, expresividad inmediata.

Nuestro contenedor de rabia se refleja en el tono de voz y en la postura alterada La tristeza del pasado se refleja en la depresión y en el rechazo a desear. Nuestro tristeza refleja lo que hemos amado. Por lo tanto, nuestro pasado emocional es clave para el manejo de nuestra frustración en el presente La frustración puede ser activa como la rabia o pasiva como la tristeza. La Violencia está basada en una emoción de rabia no resuelta ¡La mente no para, aún a pesar de la distancia física o del pasar del tiempo.

Este cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en los mamíferos. El mesoencéfalo o cerebro mamífero, dotado de un sistema límbico, físicamente ubicado encima del reptil permite al mamífero un desarrollo sentimental que opera, fundamentalmente, desde la estructura conocida como la Amígdala, y es ello lo que les permite establecer relaciones de mayor fidelidad que los reptiles.

El Sistema Límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.


El Sistema Límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.

El Sistema Límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras: el tálamo (placer-dolor), la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos), los bulbos olfatorios, la región septal (sexualidad) y el hipocampo (memoria de largo plazo). En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. En este sistema se dan procesos emocionales y estados de calidez, amor, gozo, depresión, odio, etc., y procesos que tienen que ver con nuestras motivaciones básicas.

Esta parte es capaz de poner el pasado en el presente (presente + pasado) y por tanto se produce aprendizaje y se activa cuando nos emocionamos. Facilita la calidad de vida que da la calidez en las relaciones humanas. Es razonable pensar que el desarrollo de la memoro. Muestra una capacidad de trascender el imperativo del presente dando respeto al pasado.

En éste reside la sede de todas las fuerzas emotivas que darán lugar a todos tus deseos y sentimientos y es en él donde subyacen las inteligencias de capacidad de dejarnos afectar por algo o alguien. Proporciona el afecto que los mamíferos necesitan para sobrevivir, por tanto se introducen los sentimientos: Dar o recibir afecto, recibir atención, consideración, escucha, Compasión, ternura, empatía.


El Sistema Límbico
De acuerdo con Maclean, el segundo cerebro está representado por el sistema límbico, cuya función principal es la de controlar la vida emotiva, lo cual incluye los sentimientos, el sexo, la regulación endocrina, el dolor y el placer. Anatómica-mente está formado pro los bulbos olfatorios, el tálamo (placer-dolor), las amígdalas (nutrición, oralidad, protección, hostilidad), el núcleo hipotalámico (cuidado de los otros, características de los mamíferos), el hipocampo (memoria de largo plazo), el área septal (sexualidad) y la pituitaria (directora del sistema bioquímico del organismo). Puede ser considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro de las metas. El desbalance de dicho sistema conduce a estados agresivos, depresiones severas y pérdida de la memoria, entre otras enfermedades.

La investigación en esta área parece apoyar la noción de que toda la información que penetra al organismo es supervisada y controlada por el sistema límbico, lo cual constituye una función vital para la sobrevivencia (Ver Restqak, 1984).
Sistema Límbico: Constituye el asiento de la emociones, de la inteligencia
afectiva y motivacional. Trabaja en sintonía con el reptil. Toda información sensorial es filtrada por este sistema antes de pasar al neocortex. Promueve la productividad, la satisfacción en el trabajo y en el aprendizaje.

En este segundo cerebro existe la capacidad de sentir, pues de los tres es el que más se deja afectar por los demás y por el entorno, por ello quienes más tienen este segundo cerebro enfermo son todas aquellas personas incapaces de dejarse afectar por el entorno, así como también quienes se afectan demasiado. La realidad que percibimos a través de la nariz, la boca y los genitales se relaciona estrechamente con este segundo cerebro.

Su función principal es la de controlar la vida emotiva, lo cual incluye los sentimientos, la regulación endocrina, el dolor y el placer. Puede ser considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro de las metas -motivación-. El desbalance de dicho sistema conduce a estados agresivos, depresiones severas y pérdida de la memoria, entre otras enfermedades. Este segundo cerebro, es el que permite sentir. Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado en el presente (aprender, memoria)

El sistema Límbico: Rodeando la zona del sistema reptil, se encuentra el sistema límbico. Este sistema ejecuta programas relacionados con emociones, defensas, miedos, afectos, motivaciones. Cuida de la supervivencia social y trabaja en armonía con el sistema reptil. El sistema límbico debe ser de especial interés para los docentes, porque el aprendizaje involucra contenido emocional. Joseph E. Ledoux (1988), a través de múltiples experimentos, descubre que las relaciones emocionales no son necesariamente producto del pensamiento que ocurre en el sistema “Neocorteza”.

Confirman sus investigaciones que la información sensorial es procesada, en primer lugar, por el sistema límbico, y de allí pasa a la neocorteza para su procesamiento a nivel de pensamiento. Finalmente se traduce en cambios externos o conductuales.

Estos descubrimientos revelan que las relaciones emocionales pueden producirse sin la participación de los procesos cognoscitivos, explicando ello el porqué muchas reacciones humanas son a veces calificadas de irracionales o emocionales. La famosa frase “Cuenta hasta 10” antes de actuar no es más que solicitar tiempo para que el estímulo pase a la neocorteza antes de traducirse en conducta.

Las investigaciones que indican que toda la información que entra al cerebro es revisada por el sistema límbico (Restack, 1984) tiene inmensas implicaciones para el hecho educativo, porque le imprime mayor significado científico a la “motivación” dentro del contexto de aprender. Showers y Cabtor (1985), enfatizan que la utilización de estrategias cognoscitivas para elegir y hacer acciones apropiadas comienza con estados o elementos motivacionales. Sostiene Chadwick (1988) que el alumno puede aprender varias estrategias cognoscitivas, pero si no tiene el estado afectivo para usarlas no lo hará.

Según Miriam Heller: “El Individuo que aprende, debe engancharse afectivamente en la experiencia de aprendizaje. Debe “querer aprender” y sentir que “puede hacerlo”. De no ser así pueden producirse bloqueos que impedirían al objeto de aprendizaje pasar al sistema neocorteza para ser acomodado y asimilado a la estructura cognoscitiva y producir transformaciones significativas”.

Las investigaciones sobre el cerebro, particularmente aquéllas que abordan el sistema límbico, indican que los sentimientos y el aprendizaje no pueden estar separados. De hecho, parece que para producir el tipo de aprendizaje acelerado que el mundo requerirá, los profesores del mañana necesitarán ser sensibles para registrar las barreras emocionales y suministrar un medio ambiente emocional positivo, como para inducir aprendizajes verdaderos, (Nummela y Rosengren) (1988).

Lazanov (1978), médico y educador búlgaro, define “barreras para el aprendizaje” como filtros emocionales que determinan si el estudiante acepta o rechaza la nueva información. Son estados de alerta automáticos y de defensa que se dan a nivel consciente como en el inconsciente. Cuando el estudiante encuentra una de estas barreras, el centro de atención se traslada de la clase al mundo interno de fantasías, sentimientos o cualquier otra vía de escape.

Paries y Oka (1986) sostienen que la habilidad y la voluntad de aprender son propiciadas por la motivación, la cual está determinada por el sentimiento de competencia y la trascendencia o valor que el alumno otorga a la actividad de aprendizaje. Se trata, entonces, de convencer al estudiante, por una parte, de que él puede, y por otra, de propiciar en él la voluntad de aprender.

En general la investigación ha permitido reconocer que los factores motivacionales y afectivos desempeñan un importante papel en el aprendizaje (Chadwick, 1985; Betancourt, 1988; Barnes, 1991). Al respecto la Psicología Humanista da elementos para considerar estos factores al concebir a la persona como centro y promotor del aprendizaje, cuyas necesidades, motivaciones e intereses la conducen al desarrollo personal (Maslow, 1968; Rogers, 1969). Sólo cuando el individuo siente la necesidad de conocer se dirige hacia la experiencia de aprendizaje.




CEREBRO NEOCORTEZA (MAMÍFEROS EVOLUCIONADOS Ó SUPERIORES):


Los mamíferos modernos, los primates, y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los sentimientos, manejan un proceso de mayor entendimiento, que está directamente relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral (telencéfalo o cerebro neo-mamífero), donde se encuentra uno de los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala animal. La ciencia ha demostrado la relación directa entre el desarrollo de la corteza cerebral y el desarrollo social. Hay en los primates una correspondencia directa entre los dos aspectos, de manera tal que a mayor desarrollo de la corteza cerebral en las especies de primates, mayor desarrollo social: sociedades más complejas y organizadas.

Los Humanos poseen un cerebro mucho más especializado que los primates, por lo cual, además de sentimientos, manejan un proceso racional de entendimiento y de ANÁLISIS, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos, directamente relacionado con las partes más especializadas del telencéfalo, específicamente su región frontal, que les permite adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas, tecnologías y lo más importante: comprender las leyes que rigen el universo.

El Sistema Neocortical es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. El hemisferio izquierdo está asociado a procesos de razonamiento lógico, funciones de análisis, síntesis y descomposición de un todo en sus partes. El hemisferio derecho, en el cual se dan procesos asociativos, imaginativos y creativos, se asocia con la posibilidad de ver globalidades y establecer relaciones espaciales.

La neocorteza se convierte en el foco principal de atención en las lecciones que requieren generación o resolución de problemas, análisis y síntesis de información, del uso del razonamiento analógico y del pensamiento crítico y creativo.

Las dos características básicas de la neocorteza son:
(a) La "visión", la cual se refiere al sentido de globalidad, síntesis e integración con que actúa el hemisferio derecho.
(b) El análisis, que se refiere al estilo de procesamiento del hemisferio izquierdo, el cual hace énfasis en la relación parte-todo, la lógica, la relación causa-efecto, el razonamiento hipotético y en la precisión y exactitud.

La neocorteza representa la adquisición de conciencia y se desarrolló a través de la práctica del lenguaje. La voluntad consciente. Las tareas no sensoriales se realizan en los lóbulos frontales. La aparición de los calendarios implica que los seres humanos comenzaron a desarrollar progresivamente la capacidad de anticipar, planificar y visualizar, de poner el futuro posible en el presente.

Mientras que los animales, sobre todo los mamíferos son capaces de desarrollar emociones y aprender, la capacidad de poner el futuro en el presente (presente + pasado + futuro), de formas muy elaboradas resulta específicamente humana. Esta posibilidad hace viable la aparición de lo que se ha llamado locura por excelencia.

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